Alumnos participantes
Forjadores Ambientales de Quilpué
Esta iniciativa tiene como propósito fortalecer el liderazgo de los estudiantes y la sociedad civil interesada en proteger el medio ambiente. El objetivo de los estudiantes que integran esta red es impulsar a que las personas cada día mejoren sus hábitos cotidianos para hacer de Chile un país con habitantes más responsables de sus acciones.
martes, 26 de noviembre de 2013
Lanzamiento Red Comunal Forjadores Ambientales
Hoy en el Colegio Luis Cruz Martínez de Belloto Norte, se dio término al proyecto “Red comunal de forjadores ambientales”, iniciativa del Fondo de Protección Ambiental del Ministerio del Medio Ambiente ejecutada por el Centro Cultural Pablo Neruda. La iniciativa desarrollada en seis colegios de la comuna ( Luis Cruz Martínez, Exequiel Puelma, Santiago Bueras, Teniente Serrano, José Miguel Infante), pretende fomentar, desarrollar y articular una Red de trabajo con los Grupos Ecológicos escolares conformados desde el programa Forjadores Ambientales. Con la instalación de esta red se pretende visibilizar, capacitar y articular un trabajo entre y para docentes coordinadores, alumnos participantes y los respectivos colegios para potenciar y amplificar el trabajo que realizan, con el fin de compartir experiencias y proyectar el trabajo a futuro.
martes, 9 de julio de 2013
Huertos urbanos en Retiro
Reproducimos nota realizada por estudiantes del colegio JM. Infante del El Retiro.
Pedro Del Real es un huertero excelente que se dedica a plantar, se esfuerza mucho y si no le resulta, lo intenta una y otra vez.
Pedro Del Real es cientista político, pero como se encuentra sin trabajo se dedica a realizar las labores del hogar y cuidar un huerto donde cultiva alimentos para la casa.
Él cuida mucho el huerto porque de esta manera ayuda también a su familia, y a su vez nos menciona - ´´Quiero ser autónomo`` - para cosechar su hortalizas y frutas, y no comprarlas en un supermercado, debido a todas los químicos que le agregan.
A él le encanta su trabajo – “siempre tenemos que participar en una sociedad y ser autónomos, que no se le pida ni al estado ni a las empresas, que seamos libres y definirnos por nosotros mismos”
Así es que se desenvuelve en todos los planos, si él se dedica a estudiar la política también cree que hay que realizar esta actividad dentro de la sociedad, que hayan más huertos, ser coherente con lo que hace.
“Bueno yo también reciclo, hay cajas de leche, botellas plásticas, latas de cerv…. Bebidas y las separo. Hay un tipo que se las lleva”, menciona entusiasmado.
También nos mostró el huerto y nos dio a probar tomates cherry y nos enseñó maneras de cultivar (zanahorias, frutilla, lechugas, apio, betarraga, repollo, nabos, papas, etc.)
Aprendimos cómo los gusanos fertilizan la tierra y que se reproducen a través de huevos. Nos mostró sus almácigos y de pasada nos regaló unos cuantos.
Pedro comenzó comprando semillas y al crecer el fruto fue extendiendo sus cultivos, que utiliza para mantener a su familia y espera que también las nuevas generaciones lo practiquen para hacer más sana la vida.
Para despedirnos destacamos la siguiente frase que nos regaló: “No gastes plata que no tienes en cosas que no necesitas para aparentarlas a gente que no le importa” él intenta expresar que no hay que mal gastar el dinero.
Agradecemos a Pedro del Real por su colaboración en nuestro trabajo e invitamos a los lectores a practicar el bello arte del cultivo.
Si deseas conocer a este huertero y sus ricos productos puedes contactarte al siguiente Facebook: HUERTOS URBANOS EL RETIRO.
Escrito por: Gabriel Rodríguez Estay (6°)
Lorenzo Lapillo Molina (8°)
Sebastián Henríquez Cartagena (8°)
Yamila mora Varas (7°)
Ricardo Estay Montoya (6°)
Profesora a cargo del Taller de Periodismo: Hailine Rojas Avalos
Pedro Del Real es un huertero excelente que se dedica a plantar, se esfuerza mucho y si no le resulta, lo intenta una y otra vez.
Pedro Del Real es cientista político, pero como se encuentra sin trabajo se dedica a realizar las labores del hogar y cuidar un huerto donde cultiva alimentos para la casa.
Él cuida mucho el huerto porque de esta manera ayuda también a su familia, y a su vez nos menciona - ´´Quiero ser autónomo`` - para cosechar su hortalizas y frutas, y no comprarlas en un supermercado, debido a todas los químicos que le agregan.
A él le encanta su trabajo – “siempre tenemos que participar en una sociedad y ser autónomos, que no se le pida ni al estado ni a las empresas, que seamos libres y definirnos por nosotros mismos”
Así es que se desenvuelve en todos los planos, si él se dedica a estudiar la política también cree que hay que realizar esta actividad dentro de la sociedad, que hayan más huertos, ser coherente con lo que hace.
“Bueno yo también reciclo, hay cajas de leche, botellas plásticas, latas de cerv…. Bebidas y las separo. Hay un tipo que se las lleva”, menciona entusiasmado.
También nos mostró el huerto y nos dio a probar tomates cherry y nos enseñó maneras de cultivar (zanahorias, frutilla, lechugas, apio, betarraga, repollo, nabos, papas, etc.)
Aprendimos cómo los gusanos fertilizan la tierra y que se reproducen a través de huevos. Nos mostró sus almácigos y de pasada nos regaló unos cuantos.
Pedro comenzó comprando semillas y al crecer el fruto fue extendiendo sus cultivos, que utiliza para mantener a su familia y espera que también las nuevas generaciones lo practiquen para hacer más sana la vida.
Para despedirnos destacamos la siguiente frase que nos regaló: “No gastes plata que no tienes en cosas que no necesitas para aparentarlas a gente que no le importa” él intenta expresar que no hay que mal gastar el dinero.
Agradecemos a Pedro del Real por su colaboración en nuestro trabajo e invitamos a los lectores a practicar el bello arte del cultivo.
Si deseas conocer a este huertero y sus ricos productos puedes contactarte al siguiente Facebook: HUERTOS URBANOS EL RETIRO.
Escrito por: Gabriel Rodríguez Estay (6°)
Lorenzo Lapillo Molina (8°)
Sebastián Henríquez Cartagena (8°)
Yamila mora Varas (7°)
Ricardo Estay Montoya (6°)
Profesora a cargo del Taller de Periodismo: Hailine Rojas Avalos
lunes, 3 de junio de 2013
Educación ambiental para la evolución del ser humano.
La incorporación de valores ambientalistas en los niños, tanto por parte de las instituciones educativas como de sus propios progenitores y todo aquel con el que éste niño tenga contacto en su temprana edad, lo “convertirá” o al menos aumentará en un alto grado las probabilidades, de que sea un ser con un gran respeto por el cuidado del medio ambiente.
Hay algunas preguntas de las que comúnmente llamamos “existenciales” cuyas respuestas podrían ofrecernos mucha información respecto de cómo y por qué hemos llegado, como especie, hasta este punto que pareciera no tener retorno, y si seremos capaces de salir.
Nos referimos a preguntas del tono de ¿El Hombre al nacer es bueno o malo? (no es necesario para este análisis definir que es bueno y que es malo). ¿Nacemos con características de solidaridad o de individualismo?, ¿En nuestra herencia genética está compartir o somos egoístas por naturaleza?, ¿Somos intrínsecamente ambiciosos o tendemos hacia el altruismo?. Y así podríamos seguir con algunas otras.
Para comenzar este análisis, como primer término deberíamos poder distinguir con bastante precisión, cuáles son las características de nuestra personalidad con las que nacemos y cuáles nos van siendo inculcadas desde el nacimiento mismo, o quizás un poco antes, a través de lo que perciben nuestros sentidos del comportamiento de otros seres humanos.
Nuestro patrimonio genético no sólo determina nuestras características físicas, sino que además de eso contiene información que tiene que ver con nuestra personalidad, aptitudes, etc.
Sin embargo las experiencias y vivencias que vamos acumulando en nuestras vidas según el medio en que vivimos, la educación que nos proporcionan, y lo que perciben nuestros sentidos van forjando, en algunos casos acentuando y en otros “olvidando” algunas de las características de personalidad con las que nacemos.
Tal es así que por ejemplo un niño que ha sido abusado o golpeado de pequeño, al crecer tiene muchas mas posibilidades de convertirse en un abusador o golpeador. Quien se cría en un entorno violento, muy probablemente considere a la violencia como algo natural e incorpore esa característica a su comportamiento adulto. Por el contrario, quien durante su infancia esté rodeado de seres solidarios y altruistas tendrá mayores chances también de serlo.
Entonces podríamos inferir que, si bien nacemos con una gran cantidad de información genética, la influencia del entorno, especialmente durante los primeros años de nuestras vidas, tiene mucha importancia en las características de nuestra personalidad futura. Esto no significa que dos niños criados en el mismo ambiente tendrían la misma personalidad, ya que esta se va formando no solo por la información genética que traemos y el ambiente que nos rodea, sino también por una interrelación del niño con ese medio ambiente.
Vemos de esta forma la verdadera importancia, para un cambio radical en la conducta social y ambiental del ser humano, de la educación.
La incorporación de valores ambientalistas en los niños, tanto por parte de las instituciones educativas como de sus propios progenitores y todo aquel con el que éste niño tenga contacto en su temprana edad, lo “convertirá” o al menos aumentará en un alto grado las probabilidades, de que sea un ser con un gran respeto por el cuidado del medio ambiente.
La esperada evolución del ser humano hacia una visión mas altruista, punto de partida obligado para transformar al mundo en un lugar mas justo y solidario, con conciencia ambiental y social, depende entonces en gran medida de la educación ambiental y social, tanto institucional como familiar que reciba.
Pongamos entonces nuestro mayor empeño en este rubro, sembremos en nuestros niños esas semillas y, mas pronto que tarde, nos daremos cuenta de que el cambio es posible y que ya está en marcha. www.ecoportal.net
Ricardo Natalichio - Director EcoPortal.net
Editorial Ambiente y Sociedad N° 424
Hay algunas preguntas de las que comúnmente llamamos “existenciales” cuyas respuestas podrían ofrecernos mucha información respecto de cómo y por qué hemos llegado, como especie, hasta este punto que pareciera no tener retorno, y si seremos capaces de salir.
Nos referimos a preguntas del tono de ¿El Hombre al nacer es bueno o malo? (no es necesario para este análisis definir que es bueno y que es malo). ¿Nacemos con características de solidaridad o de individualismo?, ¿En nuestra herencia genética está compartir o somos egoístas por naturaleza?, ¿Somos intrínsecamente ambiciosos o tendemos hacia el altruismo?. Y así podríamos seguir con algunas otras.
Para comenzar este análisis, como primer término deberíamos poder distinguir con bastante precisión, cuáles son las características de nuestra personalidad con las que nacemos y cuáles nos van siendo inculcadas desde el nacimiento mismo, o quizás un poco antes, a través de lo que perciben nuestros sentidos del comportamiento de otros seres humanos.
Nuestro patrimonio genético no sólo determina nuestras características físicas, sino que además de eso contiene información que tiene que ver con nuestra personalidad, aptitudes, etc.
Sin embargo las experiencias y vivencias que vamos acumulando en nuestras vidas según el medio en que vivimos, la educación que nos proporcionan, y lo que perciben nuestros sentidos van forjando, en algunos casos acentuando y en otros “olvidando” algunas de las características de personalidad con las que nacemos.
Tal es así que por ejemplo un niño que ha sido abusado o golpeado de pequeño, al crecer tiene muchas mas posibilidades de convertirse en un abusador o golpeador. Quien se cría en un entorno violento, muy probablemente considere a la violencia como algo natural e incorpore esa característica a su comportamiento adulto. Por el contrario, quien durante su infancia esté rodeado de seres solidarios y altruistas tendrá mayores chances también de serlo.
Entonces podríamos inferir que, si bien nacemos con una gran cantidad de información genética, la influencia del entorno, especialmente durante los primeros años de nuestras vidas, tiene mucha importancia en las características de nuestra personalidad futura. Esto no significa que dos niños criados en el mismo ambiente tendrían la misma personalidad, ya que esta se va formando no solo por la información genética que traemos y el ambiente que nos rodea, sino también por una interrelación del niño con ese medio ambiente.
Vemos de esta forma la verdadera importancia, para un cambio radical en la conducta social y ambiental del ser humano, de la educación.
La incorporación de valores ambientalistas en los niños, tanto por parte de las instituciones educativas como de sus propios progenitores y todo aquel con el que éste niño tenga contacto en su temprana edad, lo “convertirá” o al menos aumentará en un alto grado las probabilidades, de que sea un ser con un gran respeto por el cuidado del medio ambiente.
La esperada evolución del ser humano hacia una visión mas altruista, punto de partida obligado para transformar al mundo en un lugar mas justo y solidario, con conciencia ambiental y social, depende entonces en gran medida de la educación ambiental y social, tanto institucional como familiar que reciba.
Pongamos entonces nuestro mayor empeño en este rubro, sembremos en nuestros niños esas semillas y, mas pronto que tarde, nos daremos cuenta de que el cambio es posible y que ya está en marcha. www.ecoportal.net
Ricardo Natalichio - Director EcoPortal.net
Editorial Ambiente y Sociedad N° 424
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