La educación medioambiental podría abrir espacios para mejorar los resultados SIMCE en todas las áreas, incluso en inglés, si estuviera mejor comprendida o si se estuviera llevando a cabo correctamente en todo el país. Sin embargo sólo una cantidad minoritaria de colegios ha recibido certificación medioambiental, alcanzando con suerte el 10% de las escuelas, y no sabemos dentro de ese porcentaje, cuán profunda o acertadamente se está trabajando en ese sentido.
La educación medioambiental aborda no solo los contenidos teóricos, aquí no importa tanto que el niño sepa datos sobre el desarrollo sustentable y el medio ambiente sino que ese conocimiento se convierta en acciones. No sacamos nada con que el niño conozca los hábitos de vida del pudú, si además no entiende qué tiene que hacer como ciudadano para proteger los bosques. Este tipo de educación trabaja con el cerebro, el corazón y las manos, entrega valores que mueven a la acción. Por tanto busca abrir espacios para el aprendizaje, lo lleva fuera de la sala de clases y allí caben nuevos métodos, por eso puede ser un aporte para mejorar el puntaje SIMCE. La educación tradicional se ocupa sobre todo de la dimensión lógica y lo verbal, dejando poco espacio a otros desarrollos, sin considerar que los niños se apropian del mundo desde distintas dimensiones. No se trata de convertir al niño en un activista sino en un ciudadano reflexivo, que entiende sus deberes con la sociedad y se desarrolla armoniosamente dentro de ella.
Valeria Fuentealba,
gerente de desarrollo de Ecosfera consultores Ltda.
Me tocó trabajar en un estudio para evaluar el Sistema Nacional de Certificación Ambiental Escolar (SINCAE), al que cientos de colegios se han adscrito, y donde se tratan los principios de educación ambiental. Uno de los aspectos que se analizaron era el comportamiento del puntaje SIMCE en los colegios certificados, en comparación con los demás colegios, porque queríamos saber si se producía un incremento.
El resultado es que no encontramos cambios significativos en los puntajes SIMCE. Lo que sí encontramos en términos de convivencia escolar fue una relación mas armónica entre niños y profesores. Los niños de los colegios certificados tenían mejor comportamiento y disciplina, sobre todo en relación con los profesores que participaban de las actividades de educación medioambiental. Otro aspecto positivo es que descubrimos que los alumnos eran más tolerantes, aceptaban mejor las diferencias. Mi posición es que la relación entre la educación medioambiental y los resultados SIMCE no ha sido suficientemente estudiada, todavía no disponemos de elementos como para dar una respuesta concluyente.
Javier Figueroa,
Presidente de la ONG Entorno.
Fuente: educarchile.
No hay comentarios:
Publicar un comentario